Entrevistas
Hija de un pintor abstracto y marxista que llamaba a confiarse en la “honestidad de la superficie”, la pintora Natalia Babarovic adoptó su oficio con naturalidad, como una herencia de familia. En esta conversación con el escritor Roberto Merino, indaga en la trastienda de su pintura, que siempre queda pendiente de un hilo después de finalizar cada cuadro, porque Babarovic rechaza el automatismo del arte convertido en carrera profesional, y nunca sabe por anticipado si la tela será receptiva a sus nuevos intentos creativos.
Lo que sí tiene claro es la escuela en la cual se inscribe su trabajo: la de Juan Francisco González, la de Pablo Burchard, la de Adolfo Couve. “Vengo de la cueva de la pintura chilena”, dice Babarovic. En esta entrevista ilumina ese espacio fundamental de nuestra tradición artística, a la vez que repasa los motivos centrales de su oficio como pintora.
