El Centro para las Humanidades UDP organiza la Charla “Movilización popular, movimientos sociales e institucionalidad política”.
Presentan:
La fuerte movilización social que caracterizó el triunfo electoral y, luego, el gobierno de Allende y la Unidad Popular entre 1970 y 1973, suele ser considerada una respuesta a procesos estructurales intensos, un fenómeno ideológico propio del período conocido como “los sesenta globales”, o bien un fenómeno instigado por la radicalización de los partidos y actores políticos. Tales explicaciones no permiten ver las dinámicas subjetivas de formación de tal movilización popular, así como su radicalización en clave de izquierdas y su masificación en tono clasista, y cuyos vectores gruesos son visibles desde fines de la década de 1950. Así, tomando como punto de partida la revuelta de 1957, se explica cómo la tendencia a la ilegalidad y a las acciones de hecho, como tomas expropiatorias o huelgas irresponsables de la economía nacional, combinada conscientemente con el avance legal en las instituciones administrativas y representativas, eran experiencias que se fueron extendiendo y especializando entre las franjas organizadas del movimiento popular, durante la década de 1960. Para cuando Allende llegó a La Moneda en 1970, para importantes sectores del movimiento obrero, campesino, de pobladores o estudiantil, lo que se confirmaba no era solamente la “vía electoral al socialismo”, sino que la misma era perfectamente compatible con prácticas “insurreccionales” por la base, en una especie de radical pero imposible síntesis estratégica de base.
En una perspectiva de largo plazo, hay momentos de emergencias o irrupción social en el espacio público que, presentando diferentes formas y niveles de organización, han producido disímiles impactos en la estabilidad del sistema institucional. Junto a estos episodios también son identificados períodos en que la sociedad civil desaparece del espacio público y se sumerge en las llamadas fases de latencia o subsidencia. Esta presentación busca hacer un recorrido por 50 años de movilización y desmovilización social en Chile, para detenerse especialmente en los puntos convergentes y divergentes en términos de liderazgos, identidades colectivas, repertorios de acción, terrenos en disputa y factores externos, de las movilizaciones de los años de la Unidad Popular así como de la reciente ola de protestas observadas el 2011 y en octubre de 2019.
Por mucho tiempo, el sistema partidario chileno fue considerado la columna vertebral de la política y, por consiguiente, también el eje constituyente de los actores sociales. No obstante, la relación entre partidos políticos y movimientos sociales ha sufrido cambios significativos durante las últimas cinco décadas. Desde los años 1980s en adelante, particularmente, ha tenido lugar un gradual distanciamiento entre ambos actores. Por otra parte, han surgido nuevas colectividades políticas que en los últimos años han disputado el poder en la arena institucional impulsados por la falta de representación de los partidos políticos tradicionales. Después de la ola de protestas del 2011, ex dirigentes estudiantiles han entrado al parlamento formando parte de nuevos partidos políticos. La experiencia de distanciamiento y de tránsito de la movilización social a la política institucional está lejos de ser única para Chile. Existen múltiples ejemplos tanto históricos como contemporáneos de creación de partidos políticos que se originaron en movimientos sociales. En esta ponencia se discute la relación entre movimientos sociales y partidos políticos en Chile, buscando destacar las similitudes y diferencias con otras experiencias en el mundo.
La actividad se realizará el martes 31 de marzo a las 13:00 horas, en la Sala B-51, Biblioteca Nicanor Parra, Vergara 324, Santiago.