El problema del mal ha atravesado la historia del pensamiento occidental. Por lo mismo, las maneras de comprenderlo, de hacerle frente, aminorarlo o erradicarlo han sido variadas: de Platón a Hannah Arendt, pasando por las místicas medievales, Dante, Nietzsche, Kant, Plotino o Eurípides, las respuestas y maneras de abordarlo no dejan de multiplicarse. Ninguna de ellas, como sucede con los grandes temas de la humanidad, ha logrado exorcizar su espectro.
El siglo XX, y lo que ha transcurrido del XXI, han dado muestras suficientes de ello. Hacia 1945, recién terminada la II Guerra Mundial, Hannah Arendt auguraba: «el problema del mal será la cuestión fundamental de la vida intelectual europea de posguerra». Su diagnóstico, aunque contundente, tal vez quedó corto: no fue solo el pensamiento europeo el que se vio enfrentado a la cuestión. Las guerras de liberación nacional en África, las numerosas dictaduras en América del Sur o los conflictos étnicos en los Balcanes abrieron un ciclo de reflexión en torno al origen, significado y alcance del mal, así como las posibilidades de hablar de él, de guardar su memoria o representarlo sin repetirlo.
El ciclo «El árbol torcido: perspectivas sobre el mal», se propone volver a explorar este viejo problema a través de cuatro diferentes perspectivas: la psico-social, la jurídica, la estética y la filosófica. Con ello buscamos ampliar la mirada sobre un fenómeno que nos persigue desde siempre, ensanchando al mismo tiempo las posibilidades de cruces interdisciplinarios.
Cuatro sesiones en miércoles consecutivos, del 12 de junio al 3 de julio, entre las 18:30 y las 20:00 horas.
Actividad gratuita y abierta a todo público.
Transmisión: plataforma Zoom.
Contacto: [email protected]